miércoles, 14 de agosto de 2013

Capitulo veinte.








• Capitulo veinte. – In love.


Cuando te sientes traicionado, desilusionado, triste, sientes unas terribles ganas de esconderte en cualquier parte del mundo sin importarte una mierda lo que los demás piensen u ocurra a tu alrededor.

Sinceramente empiezo a sentirme así, han pasado unos cinco días ya aquí en Florencia, y me siento demasiado hundida, como si algo de mi esperanza hubiese desaparecido por completo en un cerrar y abrir de ojos sin razón. O quizás sí, quizás la razón ha sido Justin, el chico que lleva tratándome mal desde que visitamos por última vez cada rincón de la ciudad, como si hubiese cambiado tan rápido su forma de pensar, como si algo no estuviera bien.

Nunca pensé volver a sentir este terrible sentimiento, no sé con claridad lo que está ocurriendo en mi interior o más bien corazón. Desde que Andy, mi ex novio, dejó mi vida no he vuelto a sentir esas terribles sensaciones de huir, de refugiarme en algún lugar oculto de la tierra o simplemente evitar ponerme mal al imaginar aquel terrible momento en el que me dijo que todo fue una simple apuesta.

Por mucho que intente engañar a mi corazón no lo logro, el muy estúpido hace que sienta todo esto, que me ponga mal con cada palabra vulgar que el idiota de Justin suelte, o simplemente sonría como una tonta sin quererlo al verle reír u el sentir esas mariposas revolotear por mi estomago al sentirlo cerca. Creo que vuelvo a estar en las mismas de antes; enamorada.

Suspiro, Kim, la hermana de Justin me mira curiosa, ella está apoyada en el marco de la puerta, juraría que antes no estaba ahí, no estaba cuando me dejé caer sobre el sofá cansada de todo esto.

— ¿Qué ocurre cielo? —Se muestra agradable, hace un tierno puchero a la vez que se acerca.
— Nada que te importe. —Suspiro pasando una de mis manos por mi cabello.
— Hmm… Está bien. —Enarca una de sus cejas.
— Lo siento, sólo estoy cansada, no tomes en cuenta lo que pueda llegar a decir, de veras. —Frunzo el ceño. — Llevo unos días que no me siento bien, vine aquí por seguridad, pero también por Justin. —Suspiro al recordar los buenos ratos que pasamos.
— ¿Estáis enfadados? —Pienso en si decirle la verdad o no, pero simplemente haré una mezcla de ambas.
— Bueno, estos días se comporta como un capullo conmigo de repente, y parecíamos estar bien hace unos días. —Cierro los ojos, esto me resulta algo frustrante.
— Bueno, conmigo es agradable.

Oh vamos, no me hagas creer que sólo es así conmigo por favor, creo que no hice nada malo, simplemente caí en una terrible jugarreta.

Quizás él se comporta así porque realmente todo era teatro, lo de que ambos éramos ya por fin “amigos” digo, quizás él lo hacía por la apuesta, sólo quería ganarla. Quizás él no quería estar bien conmigo y sólo lo hizo por quedar bien… O simplemente… Agh, maldita sea.

— Ah, genial. —Esbozo una fingida sonrisa.
— Pensé en que quizás querrías pasar tiempo alejada de Justin —Hace una pausa, la miro interrogante. — A sí que simplemente pensé en enseñarte la agencia, Roxanne es la fotógrafa más prestigiosa de no sólo Italia, si no de prácticamente el mundo entero, y yo tengo la suerte de tenerla en mi equipo. —Sonríe orgullosa. — Quizás te gustaría modelar para ella, serías una muy buena modelo, y dijiste que ese es tu sueño, querida.
— ¿Qué? ¿Enserio? No puede ser verdad. —La miro muy sorprendida esperando que diga ya el “es una broma” porque realmente últimamente todo sale fatal.
— Lo es, podríamos ir de inmediato, comeremos algo allí, hay maquinas de sobras, yo de todos modos he de tramitar unos papeles, intentaré pasar tiempo contigo ahí, aunque no sé si será muy posible.
— No te preocupes, gracias de todas formas Kim. —Sonrío satisfecha. — ¿Pero dime esto solo será una prueba no?
— Bueno, no tiene porqué, a mi me encanta tu forma de… —Me mira de arriba abajo intentando acabar su frase, yo frunzo el ceño, ella sonríe. — lo que sea, sirves, y bueno, será para revistas de belleza, ya sabes, moda.
— Si ya sé, no soy tan corta. —Digo tajante, ella sonríe falsamente y camina hacia las escaleras.
— ¡Papá! ¡Me llevo a Ashley a la agencia! —Grita ella, rápidamente se escuchan unos pasos pero no sólo de una persona.

De seguida puedo ver que Jeremy baja con Justin, para justo enfrente de Kim y la mira haciendo una agradable pero rara mueca. La rubia lo mira interrogante al igual que yo, y bueno, el bipolar solo mira a la nada con la mandíbula algo tensada.

— No vais a ir solas, me he enterado de que los Lavrov, la mafia Rusa, tiene a algunos de sus hombres circulando por las calles de Italia, no sé exactamente en qué lugar están esos perros, pero hemos de ir con mucho cuidado, más si ella está aquí. —Me señala. — Ashley me temo que por el momento no irás sola.

Lo miro sorprendida y asqueada, si, ahora solo falta que unos hombretones trajeados vayan conmigo todo el tiempo hasta en el baño, como si no supiera defenderme sola.

— Sé defenderme sola. —Murmuro.
— Eso no es cierto. —Escupe Justin, yo lo fulmino con la mirada.
— Lo sé Ashley, pero son muy peligrosos, si te ven sola dios sabe que te harían, ellos ya no sólo buscan a Justin por el tema de la droga, lo hacen ya por pura diversión, ellos son nuestro más mayor rival y simplemente ya de seguro saben que eres “nueva” en la familia, así que también irán a por ti niña. —Hace una pausa. — Irá Justin, él sólo te acompañará hasta el recinto, después mientras estés haciendo algo pues simplemente se largará, después te recogerá.
— ¿Qué? —Decimos Justin y yo al unísono.
— Lo que escucháis, ahora, ya os podéis marchar. —Ríe entre dientes moviendo sus manos hacia la puerta en señal de que nos vayamos.

Prefería la idea de los guardaespaldas, quizás ellos eran menos bipolares, incluso un tanto más comprensibles u con corazón, quien sabe.

{Justin}

El camino a la agencia había sido un completo muermo, Ashley siquiera me miraba, y en parte lo entiendo, ella debe de estar molesta por lo que dije, pero joder, ¿A caso cree que a mí no me jode el ser así? Es por su jodido bien.

Al llegar a la agencia puedo ver como ella lo observa todo, debe de estar demasiado ilusionada, sé que esto le hace mucha ilusión y en cierta parte el venir me alegra. Debo controlarla, y así quizás pueda evitar que algunos tíos la toqueteen, porque de seguro que como eso pase no dudaré en matarles.

Kim me sonríe coqueta, no deja de agarrar mi brazo, parece una maldita garrapata, me asquea el pensar lo que ella quiere, y sinceramente no lo conseguirá, eso es horrible, es la “hija” de mi padre y aun que lleve algunos días sin follar deberé de esperar a encontrar alguna puta.

— Roxanne, ella es la chica de la que te hablé. —Sonríe a la pelirroja de aspecto adolescente, ella lleva unas gafas vintage junto a un revuelto moño.
— Oh, encantada cariño. —Se presenta la pelirroja abrazando Ashley, después mi mira interrogante, también me abraza.
— Me voy a lo que te dije Ash, después te veo. —Hace una pausa y me mira. — Adiós Justin. —Guiña un ojo y mueve su mano de un lado al otro diciendo “adiós”.

¿Ash? ¿Pero a qué viene tanta confianza de repente? A penas llevamos una semana y ya la llama Ash,

Miro a Ashley, ella mueve su pie rápidamente; está nerviosa.

Sonrío al ver su reacción, me parece gracioso que ella se vea tan nerviosa, si quiera lo estaba hasta este extremo cuando saqué el candado y lo coloqué con su ayuda, aun que claro, este es su sueño.

— ¿Te quedarás aquí? —Murmura ella sin mirarme.
— Sí, ¿te molesta?
— No lo sé. —Encoje sus hombros y me dirige una fugaz mirada, yo miro a la fotógrafa, ella prepara sus cosas, mientras charla con una tal Tracy a través de su walkie- talkie.
— ¿Se te da bien eso de posar frente a una cámara? —Dice la pelirroja.
— Si se supone que es su sueño debe de dominarlo ¿no? —Digo riendo, ella frunce el ceño y me fulmina con la mirada, Roxanne hace una divertida mueca y ríe.
— Sí, se me da bien. —Asegura Ashley.
— Bien, pues dirígete hacia allí, estará Tracy, ella se ocupará del maquillaje y la ropa junto a Lucy. —Señala una sala.
— Bien. —Sonríe mientras camina hacia donde Roxanne le ha indicado.

Unos minutos después de que ella ya haya entrado en esa sala la fotógrafa me mira divertida y ríe negando con la cabeza, yo frunzo el ceño.

— ¿Tan gracioso soy?
— No, sólo se nota a leguas que te mueres por ella.
— Uh, no sabes lo que dices. —Niego rotundamente haciendo una mueca de desagrado.
— Pues tu cara dice lo contrario, me encantará ver tu cara cuando la veas con la lencería puesta. —Ríe jugueteando con la réflex.
— ¿Ropa interior? —Digo sobresaltado.

Maldita sea, esto va a ser muy complicado, ver a Ashley en ropa interior como la última vez en la que por poco acabamos teniendo sexo si no llega a ser por Cara.

Quizás esta ropa interior es mucho más sexy y maldición debe de verse como una maldita diosa del sexo o algo así maquillada y con lo que le pongan, joder.

— Sí, normalmente será ropa sexy y bueno a veces bañadores y lencería. —Susurra ella moviendo sus cejas, yo ruedo los ojos a la vez que suspiro. — ¿No te gustaría posar con ella? Digo pareces modelo y serían puntos a tu favor por mucho que lo niegues se reconocer esas miraditas. —Ríe.
— ¿Yo? Ella me mataría.
— Pero no se va a negar, este es su sueño.
— Sí bueno, tienes razón, pero quizás otro día.
— ¿Seguro?
— Sí. —Hago una ligera pausa. — ¿Cuándo volverá a venir?
— Creo que mañana, no será un trabajo fijo, pero cuando la necesite a llamaré.
— ¿Mañana será también así la ropa? —Humedezco mis labios algo nervioso.
— Sí claro, ahora hay mucha lencería nueva, hay que enseñarla en las revistas. —Asegura ella divertida.
— ¿Habrán más modelos otros días?
— Sí, tanto chicos como chicas.

Chicos, lo que faltaba, por mi las chicas genial, más mujeres medio desnudas, ¿pero chicos? Eso ni hablar, todos babearán con Ashley y estoy muy dispuesto a repartir ostias.

Voy a responder cuando una fuerte carraspera nos interrumpe, miro hacia la puerta, allí veo a una morena de unos treinta años mirando hacia la sala, insistiendo por que salga.

Ella sale avergonzada, cabizbaja, su cabello está despeinado, parece una autentica leona, su maquillaje es en tonos negros, excepto sus labios, estos están tintados de un rojo pasión. Su ropa bueno… Lleva unas ligeras braguitas color negro pero un encaje rojo adorna la parte de su trasero, su sostén es igual que sus braguitas, este le sube el pecho y da la sensación de que se vayan a salir.

Maldita sea, esto es una jodida broma, fijo, lo hicieron a propósito o algo así, es como una tortura, tantos días sin hacer nada y me ponen delante a Ashley así, la chica que me gusta vestida de esa forma.

Me hace recordar la última vez que la tuve encima, ella mordisqueaba mi cuello, la lujuria y el deseo se había apoderado por completo de nosotros, también añadiendo el alcohol en cuanto a ella.
Suspiro ante la situación, Roxanne se da cuenta y ríe por lo bajo. Ashley me fulmina con la mirada, cruza sus brazos y sus piernas como si así pudiera esconderse; Nena si eres tan perfecta no debes esconderte.

— ¿Necesariamente tienes que mirar? —Murmura ella avergonzada.
— Sí. —Digo sin más, ahora ella suspira y mira a la fotógrafa.
— Allá vamos, ponte aquí. —La conduce hasta un papel color blanco.

“Posa así, ahora demuestra que eres una autentica gatita” dice la pelirroja mientras hace algunas fotos de Ashley, esta posa como una autentica fiera, diosa sexy, maldita sea, ¿por qué es tan así?

Me estoy poniendo malo, lleva ya unas cincuenta fotos o más de ella posando realmente sexy, ¿Cómo nos hará posar usando yo lo haga con ella? Maldita sea, tengo que largarme de aquí o de lo contrario me la follaré aquí mismo.

— ¿A dónde vas Justin? —Dice Roxanne.
— Me voy fuera, avisad cuando estéis. —Digo marchándome sin mirar a la diosa.

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