martes, 20 de agosto de 2013
Capitulo veinticuatro.
• Capitulo veinticuatro. – Trouble.
{Ashley}
Justin y yo salimos de la habitación, pero de inmediato ambos nos dimos cuenta de que yo sólo iba arropada por una pequeña toalla, entré a la habitación de nuevo así pudiendo cambiarme de ropa.
Agarré una camiseta algo corta color rosa palo y unos shorts blancos algo rotos junto unas sandalias blancas, desenredé mi cabello para después hacer una cola bien alta, hacia algo de calor, ya que el verano es lo que tiene.
Al salir vi que Justin ya no estaba así que claramente bajé al salón donde seguramente estaría, el muy glotón estará desesperado por comer.
— ¿Qué hay de comer? —Escucho esa voz aterciopelada muy curiosa, con ganas de ver esa escena camino hasta la cocina, allí le veo a él observando cada movimiento que una mujer de unos sesenta años hace mientras toquetea el horno.
— Pavo. —Responde la mujer mientras abre el horno, de inmediato un delicioso olor invade toda la sala haciendo que mi apetito aumente. Justin voltea, al verme sonríe y hace una mueca graciosa como queriendo decir “No he podido esperar”, río negando.
— Chicos ir ya a la mesa, el señor Jeremy os espera. —Dice la mujer, nosotros obedecemos y vamos al salón, allí Kim, Erin y Jeremy charlan, cuando estos nos ven llegar sonríen.
— Sentaos. —Ordena Jeremy, yo me siento al lado de Justin, él entre medio de Kim y por supuesto de mí.
La señora de antes trae una bandeja plateada, la deja en el centro de la mesa, seguidamente coloca una porción de pavo en cada plato.
La cena va bastante bien, charlamos mientras comemos carne de ese delicioso animal, bromean y demás, aún así Justin se ve serio, algo tajante con su familia y no me parece bien, creo que con ellos debería de ser más cercano.
Erin carraspea, Jeremy la mira sonriente a la vez que acaricia la mano de esta, ella tímida mira a su hija Kim, seguidamente a Justin y bueno, luego a mí.
— Bueno… No sé si os comentó algo Jeremy, sobre la comida digo. —Mira a Justin, después a mí, una bonita sonrisa adorna su pálido rostro.
— Sí, él me dijo que anunciarías algo importante. —Dice mientras se sirve a él mismo una copa de vino, seguidamente humedece sus labios en ese rojizo liquido.
— ¡Estoy embarazada! —Grita entusiasmada la morena sonriente, Justin deja de beber, tose, la bebida le ha traicionado.
Diría que por poco se ahoga, simplemente podría simular aun que sea un poco más su entusiasmo, ya que ella con toda su alegría ha decidido compartir eso con nosotros. La única que parece entusiasmada es Kim la cual rápidamente ha dejado su silla atrás para ir corriendo a abrazar a su madre, yo simplemente sonrío como tonta ante la incómoda situación, no sé si reír o qué.
— ¡Aw!, ¡felicidades! —Logro decir torpemente.
— Gracias bonita. —Sonríe ella, la pareja mira a Justin esperando algo por su parte, yo lo miro de reojo, pateo su pierna por debajo de la mesa intentando que reaccione de una maldita vez.
— Um, sí, felicidades. —Sonríe fingidamente hacia su padre, después Erin, la cual sonríe algo triste, quizás no esperaba esa reacción.
— ¿De cuánto estás? —Bebo de mi vaso.
— Apenas dos meses. —Dice tierna.
— Wow, ¿dos meses?
— Sí. —Sonríe ella.
— Genial. —Dice con ironía el emocionado de al lado.
Al acabar de comer ayudo a llevar los platos a la cocina lo cual Justin me regaña por ello ya que según él para eso hay gente trabajando en la casa, para hacer su trabajo, pero yo simplemente prefiero ser educada.
Siento como unas manos rodean mi cintura, enarco una de mis cejas al pensar en quien puede ser, pero la respuesta ya es más que obvia; Justin.
— ¿Qué haces? —Sonrío negando a la vez que giro para quedar cara a cara, realmente no puedo hacerme la enfadada con él, por muy fuerte que sea el daño que este haya causado en mi corazón simplemente no puedo hacerle cargar con la culpa, él es libre de hacer lo que quiera al fin y al cabo no somos nada.
— Aún no sé como disculparme. —Dice mirándome directamente a los ojos, como si tratara de taladrar mis pupilas u algo así.
— Vamos, dije que no quería hablar sobre el tema. —Ruedo los ojos, él sonríe tierno, una sonrisa que parece salir desde lo más profundo de su corazón, una sonrisa sincera.
— Está bien, tú ganas. —Alza sus manos en señal de que se rinde, yo río negando, podrá ser todo un capullo, pero el chico es demasiado tierno cuando quiere. — ¿Qué hará hoy señorita? —Pregunta él intentando parecer todo un caballero, lo que él no sabe es que más que bonito es chistoso.
— Ni idea. —Encojo mis hombros, él juguetea con una de las muchas piezas de fruta que hay en un bol color plata. — ¿Y tú?
— No lo sé. —Hace una pausa, sin dejar de juguetear. — ¿Te apetecería pasar la tarde conmigo? Sé que soy algo tonto pero simplemente reír va bien. —Río ante el comentario que él acaba de hacer.
— Umm, sí, estaría bien. —Lo miro, este me mira curioso. — No solo eres tonto, también un maldito capullo, creído, mujeriego y… —Me interrumpe dando un ligero codazo en mi pecho yo hago una mueca. — ¡Auch! Eso ha dolido. —Acaricio mi pecho justo donde él ha golpeado.
— Eres una quejica aparte de exagerada. —Me reprocha fingiendo estar molesto por lo que acabo de decir acerca de cómo es él.
— Y tú un soso.
— ¿Soso? Soy todo lo que tú quieras menos eso. —Hace una mueca mientras contiene su risa, unos bonitos hoyuelos adornan sus mejillas.
Desearía achuchar esas gordinflonas mejillas, se ven tan monas.
— Bueno, con tu familia lo eres y un buen rato. —Cruzo mis brazos más o menos quedando a la altura de mi pecho, él suspira apoyándose en una de las encimeras de la inmensa cocina.
— Ashley, no pretenderás que sea como el hijo perfecto más acabando de conocer a mi padre por primera vez en mi vida. —Su tono de voz ahora es algo serio, algo quebrado.
En cierta parte tiene razón, debería de ser más comprensiva por su parte, él acaba de conocer a su otro él, su otra mitad, su padre.
— Si tienes razón… —Suspiro pasando una mano por mi cara; maldito estrés. — Pero Erin no te hizo nada. —Me acerco a él.
— Y me alegro por ella enserio, pero aun es duro ver que tu padre tiene otra familia. —Murmura cabizbajo.
Maldita sea odio verlo así, como desearía decirle que lo amo, que me gusta y que él pudiera saber cuántas son mis ganas de besarle en estos momentos a pesar de lo de ayer.
— Eh, escucha, siempre serás su hijo. —Susurro acariciando su espalda intentando darle confianza, ánimos.
— Sí, supongo.
Un incomodo silencio se hace con la sala, esos silencios que no gusta a nadie porque son algo así como que piensas “Háblale” “Di algo” “Maldita sea no te quedes en blanco” pero tu boca no dice nada, tu cuerpo no reacciona y tu cerebro queda perdido en alguna parte.
— Bueno… —Suspira él rascando su nuca a la vez que camina hacia el jardín. — Ashley. —Voltea para verme antes de salir por la puerta. — No olvides que me reservaste la tarde exclusivamente para mí. —Guiña un ojo sonriendo y marcha.
“BUMBUMBUMBUMBUM” Siento que en cualquier momento saldrá de mi pecho, maldita sea, ¿Cómo hay momentos en los que parece que ni bombea sangre y en cambio otros en los que parece que está más vivo que nunca? Es increíble lo que este chico puede producir en mi cuerpo, sinceramente creía conocer mi cuerpo, mi forma de pensar, pero llega él y cambia todo en cuanto a eso, lo revuelve todo y lo más importante; Se lleva con él una parte de mí.
Miro el móvil, reviso algunas de mis aplicaciones, realmente tengo cosas en él que si quiera sabia que estaban, twitter, whatsapp, instagram…
Clico en “Instagram” allí veo que Justin si lo utiliza muy a menudo, realmente tiene muchas fotos en su perfil, río al ver una foto de él sin camiseta, una sonrisa tonta es lo que provoca el ver a Justin sin camiseta, genial, lo gracioso es el pensar que yo traté de excitarlo en la fiesta que tuvo lugar en su casa, en Stratford.
Observo mi perfil, es demasiado pobre, apenas tengo tres viejas fotos de cuando estaba obsesionada con mi nuevo móvil, río para mis adentros.
Me hago una foto, en ella salgo sonriendo, decido ponerla, pongo un efecto no muy cargado y la subo, a los dos minutos u así ya tengo unos 30 me gustas y un comentario, joder.
“Me gusta tu sonrisa, te ves más bonita cuando sonríes, quería que lo supieras”
Y de inmediato una avalancha de insectos invade mi estomago haciéndome sentir prácticamente en el paraíso, Justin acaba de comentar mi foto diciendo que me veía más bonita sonriendo, esto es increíble.
« No seas tan débil, él sólo te utilizó, una simple apuesta, él no siente nada, eso es lo que tú crees, eres una cría, te ilusionas por cualquier cosa, realmente juega contigo y aún así le pasas todo tipo de cosas, estúpida, no te conozco.» Parlotea mi otra yo, la que siempre reflexiona acerca de las cosas y busca un porqué a todas las acciones.
Tenía razón, el amor me llevaba a otro extremo, al de ser tonta, al de ser una tonta enamorada la cual vive en su mundo color rosa, la que no afronta la realidad. Hace apenas unas horas estaba cortándome porque pensaba que mi mundo estaba completamente destruido y lo veía todo nublado, negro, pero llega él y cambia mi forma de pensar con solo sonreírme y soltarme unas palabras bonitas.
Pero supongo que así es el amor, te vuelve estúpido y piensas que la persona de la que estás enamorada es la más perfecta del mundo y es la que da luz a tu vida cuando realmente lo único que hace es volverte tonto para que luego tu misma acabes hundida en tus más profundos y horribles pensamientos.
+
{Justin}
— Hijo, están aquí, algunos miembros de la mafia Rusa. —Dice con rabia mientras toquetea su teléfono.
— ¿Por eso estabas tan serio?
— En cierta parte era eso y en cierta parte no. —Su mirada es dura.
— ¿Qué ocurre Jeremy? —Digo preocupado, todo esto empieza realmente a ser muy preocupante, me asusta verlo tan serio, no lo había visto así desde que llegué.
— Justin… Quieren hacerte daño a ti y a los que quieres, te quieren joder porque tú en su día les engañaste. —Hace una pausa. — Sé que ni tu sabias que los estafaste pero te utilizaron, a quien compraste droga te jugó una mala pasada, muy mala. —Explica.
— Dime que Ashley está a salvo.
— No Justin, si la trajiste aquí es para que la podamos proteger, en ningún sitio está a salvo, nadie de los quien tu quieres está a salvo hijo. —Susurra.
— ¿Pero algo querrán no? —Escupo, realmente esto empieza a alterarme, demasiado, esos hijos de puta no la tocarán.
— No lo sé… Sólo quieren que pagues por lo que has hecho, a parte ellos me tienen como su peor enemigo, eso afecta mucho más.
— Cabrones, los mataré.
— Lo haremos, pero debemos ir con ojo, están cerca, no sabemos como son y no son para nada tontos. —Habla bajo, como si alguien nos pudiera escuchar.
Yo sólo sé que quien la toqué morirá en el intento.
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