viernes, 16 de agosto de 2013
Capitulo veintidós.
• Capitulo veintidós. - ¿Are you kidding me?
{Ashley}
Describiría la tarde de ayer algo así como aburrida y relajante, sin ningún tipo de problema con el que lidiar, la pasé curioseando por el jardín, explorando cada remoto lugar hasta que se hizo tarde y el cansancio se apoderó de mí por completo.
Ahora mismo me encuentro de camino con el ojimiel don perfecto hacia la agencia, él parece calmado incluso me atrevería a decir que se ve feliz.
Las luces del semáforo brillan con ese intenso color rojo. Miro a Justin ya que él acaba de cruzar aún el trasto prohibiéndoselo.
— Estaba rojo. —Murmuro, lo miro de reojo, él ríe entre dientes,- por dios, como odio que haga eso-.
— Estaba, ya no, lo pasé. —Dice tranquilamente mientras busca algo en la guantera.
Cuando logra encontrar lo que buscaba me doy cuenta de que es un paquete de tabaco, con sus dientes se deshace del plástico que lo envuelve, mientras con una de sus manos saca un cigarro, lo coloca entre sus perfectos labios, vuelve a dejar la caja donde antes, entonces me mira y sonríe.
— ¿Qué? —Pregunto sobresaltada, -me acaba de pillar babeando, genial-.
— Las babas. —Simula limpiármelas con una de sus manos la cual huele a tabaco y a perfume varonil.
— Yo creía que babear era lo que tú hacías ayer mientras me tomaban las fotos. —Enarco una de mis cejas divertida, él rueda los ojos, aguanta su risa, unos bonitos hoyuelos en sus mejillas lo delatan. — ¿Así que no me equivoco cierto?
— Bueno, ya veré que harás tú cuando me veas así. —Me mira por unos segundos antes de volver a fijar su vista en la carretera.
— ¿Cómo? Ya, bueno, no des por hecho que me vas a tener en tu cama. —Hago una mueca algo chistosa, él frunce el ceño, me mira.
— Eres tonta. —Ríe descontrolado. — No me refería a eso, ¿tanto deseas acabar en mi cama nena? —Ríe aún más, yo me avergüenzo, -maldita sea, soy tan idiota.- — Lo digo porque Roxanne insistió en hacernos una sesión a los dos.
— ¿A los dos? —Exclamo histérica.
— Sí, juntos. —Humedece sus labios a la vez que saca las llaves del coche.
Empiezo a pensar que él sufre algún tipo de retraso u más bien problema mental no tan allá, quizás él realmente sufre de Bipolaridad, debería tratarlo seriamente, creo que es muy preocupante.
Salgo del coche sin esperar que como siempre él abra mi puerta, camino sin esperarle, al entrar Trevor, el asistente de Kim nos saluda, seguidamente nos da paso para ir a la planta 2 la cual ahí estará Roxanne seguramente muy emocionada por el trabajo que hará hoy, lástima que yo no lo esté tanto, maldita tortura.
— ¡Ashley! —Grita emocionada la pelirroja de aspecto adolescente mientras se dirige a abrazarme.
— ¿Cómo estás? —Sonrío.
— Bien, ¿estás preparada cielo? —Muerde su labio impaciente, mira a Justin y mueve sus cejas, yo ruedo los ojos –por dios por qué diablos tiene la gente que pensar tan mal sobre nosotros-.
— Sí, ¿voy a donde el otro día? —Pregunto deseando salir de esta terrible situación.
— Sí, tu Justin hacia allí. —Señala una puerta color negro, él camina hacia allí.
+
— Os expliqué cómo teníais que posar, maldita sea, meteros en el papel, por un momento dejar a un lado la realidad. —Hace una leve pausa. — ¿Es tan difícil simular que os gustáis? —Rueda los ojos ya cansada.
— Es que… —Murmuro, ella me fulmina con la mirada, camina apresurada hasta nosotros coloca a Justin muy cerca de mí tanto que puedo notar como su pecho se mueve al compás de su respiración chocando contra mi desnuda espalda.
— Hacer que os queréis, como si os queréis besar, sólo seducir a la cámara.
Sinceramente he de hacerlo bien, debe de darme igual Justin, tengo que pensar que él es un chico más, un modelo o algo por el estilo. No puedo desaprovechar esta oportunidad, si no hago lo que piden no tardarán en echarme a la calle y por supuesto no pienso desaprovechar esto por él.
Lo miro divertida, rápidamente agarro una de sus manos y la coloco en mi cintura, noto como él me mira sorprendido, sonrío negando, él tiene toda su atención en mí, veo como Roxanne me mira satisfecha, yo aún para mejorar esa foto miro a Justin coqueta, seduciéndolo.
Hacemos unas 30 fotos u así, hasta que es algo tarde, volvemos a los “camerinos” para volver a ser como antes, sencillos, normales.
De camino en el coche Justin no me ha mirado ni un segundo, sólo daba golpecitos al volante, como si estuviese nervioso o le incomodara mi presencia cosa que resulta algo gracioso.
— ¿Te ha comido la lengua el gato? —Digo interrumpiendo ese incomodo silencio mientras salgo del coche.
— Es que acaba de pasar algo realmente raro. —Hace una mueca graciosa, eso hace que ría.
— ¿Qué te sorprende tanto Bieber?
— No pensaba que fueras tan… Así. —Murmura.
— ¿Así? —Río.
— No tenía ni la menor idea de que se te diese tan bien… Coquetear. —Una leve sonrisa escapa de entre sus carnosos labios.
— Vaya, he dejado a Justin Bieber sin palabras. —Río, -realmente es gracioso el pensar que haya conseguido eso, se ve tan cómico, está atontado-.
— Te lo tomaste muy enserio. —Reprocha.
— Sí bueno, no quiero perder esta oportunidad, no creas que lo hice porque lo sentía. –bueno quizás si lo hice, quizás siento demasiado por el capullo rompe corazones/bragas-.
— Eso está bien. —Desvía su mirada hasta la puerta, clava sus llaves en la cerradura hasta esta hacer un “clack” y así abrir.
Camino hasta la cocina, una vez allí abro la nevera, me sirvo un zumo de naranja, la verdad es que tengo sed.
Al acabar esa acida bebida subo al dormitorio, no tengo pensado salir, así que me deshago de esta incomoda ropa para ponerme una camiseta básica de tirantes rosa junto a unos cómodos shorts de chándal. Al acabar toda esa rutina decido llamar a la abuela, realmente hace días que no tengo el placer de hablar con ella y ya la echo mucho de menos, necesito sus consejos, necesito saber que piensa ella sobre este tonto y no correspondido amor.
Pip…Pip…Pip…
“¿Sí?” Responde la dulce e inconfundible voz de Nanny.
“Abuela, soy yo, Ashley”
“¡Cielo! ¿Qué tal estás?” Su voz suena acatarrada.
“Bueno, bien, ¿y tú? Suenas como acatarrada.” Digo mientras guardo la ropa que antes me he quitado.
“Sí, bueno, el tiempo aquí desde que te fuiste es algo malo” Suspira, por unos segundos se hace un silencio, decido interrumpirlo.
“Abuela esto sonará ridículo pero me siento rara conmigo misma y no logro saber qué es lo que realmente sucede conmigo.” Camino hacia la cama, una vez allí me dejo caer.
“¿Qué sucede?” Noto un cierto aire de preocupación en su voz.
“Es Justin, me hace sentir rara” Río nerviosa sin saber porqué.
“Uhhh… Cuéntame” Ríe.
“Resulta que estos últimos días me hizo sentir especial, como una reina u algo así, pero…”
“¿Pero?” Es una impaciente.
“Bueno, nos besamos, pero no es la primera vez allí en Canadá ya ocurrió eso.” Aclaro, noto un “Oh” salir de su boca, está sorprendida.
“Es broma.”
“No lo es” Digo.
“¿Entonces? ¿Qué hay de malo cielo?”
“Todo fue una estúpida jugarreta por su parte y esos sentimientos raros que tenía por él me traicionaron pateándome el corazón.” Digo con un hilo de voz al recordar ese preciso momento.
“Vaya… Lo cierto es que es raro él podrá ser todo lo egocéntrico u mujeriego que quieras, pero no es mala persona Ashley.”
“Lo sé, yo pensaba como tú hasta que ocurrió eso que lo cambió todo.”
“Quizás él está confundido”
“Oh, no, él me explico que fue una apuesta con sus colegas antes de venir a Italia.” Un pinchazo en el corazón, mierda.
“¿Y tú? ¿Cómo lo tomaste?
“Simplemente no le hablé por unos días hasta que por obligación tuve que hacerlo, realmente es una jodida mierda Nanny.” Resoplo, paso una mano por la cara, maldita presión.
“Esa boca.” Me regaña.
“Lo siento” Río.
“¿Bueno y que sientes exactamente?”
“No lo sé, es como si él me hiciera sentir especial con nada que hace, simplemente cuando él sonríe siento una inmensa felicidad, o cuando él está muy cerca, cómo un zoológico en mi interior.” Digo pensando en todo lo sucedido estos últimos días, instantáneamente sonrío.
“Vaya enamorada tenemos aquí” Ríe tierna.
“No estoy enamorada…”
“No te lo crees ni tú cielo, créeme, sé lo que se siente, es lo que sentía con tu abuelo, y es algo precioso el enamorase.”
“No lo es, duele tanto… Esas palabras… “No siento nada, sólo fue una apuesta” dios mío abuela me parte el corazón pensar en lo que sucedió.”
“Cariño, me gustaría saber más pero voy al taller de cocina con Pattie, ambas nos hemos apuntado, quiero saber hacerte unos ricos cupcakes cuando estés de vuelta, no dudes en seguir a tu corazón, tus sentimientos, te quiero cielo.”
“Te quiero abuela.”
Cuelgo el teléfono pensando en todo lo que ella me acaba de decir, realmente no sé si tiene razón… Es algo tan raro… Con Andy sentía algo parecido pero no tan extremo, esto es como el triple.
+
Unas risitas y ruidos molestos me despiertan, vaya, me quedé dormida mientras pensaba, tan típico en mí.
Me levanto de la cama, camino hacia la puerta, una vez allí la entreabro para ver el porqué de tanto alboroto.
Se sienten pasos cada vez más cerca mientras acompañan unas risitas algo traviesas diría.
Miro entre la pequeña obertura de la puerta, me siento como una espía o algo así, agente Johnson en su puesto. Río tontamente al ver lo tonta que llego a ser pensando cosas tan estúpidas como esa.
Unos pantalones y unas bambas muy familiares aparecen enfrente el pasillo, es Justin, ríe divertido o más bien coqueto, observo que hace, realmente está completamente loco.
Para en seco en el centro del pasillo haciendo que pueda tener una perfecta visión; Justin y una rubia.
Él la carga en brazos, esta enrosca las piernas en la cintura de Justin, él planta sus manos en el gran culo de la rubia apretándolo, está gime al notar el contacto de este junto a ella, ríen traviesos, al momento ambos se abalanzan y juegan con sus lenguas, se apoyan en la pared pero rápidamente entran en la habitación de al lado; la de Justin.
“Crack,crack,crack.” Ahora está totalmente roto, y no hay forma de arreglarlo, no hay cosa más odiosa y irritante que ver al chico del que estás enamorada, besarse con otra más cuando sabes que no serán simples besos.
Sí, estoy enamorada, ya no puedo luchar más contra mi corazón, él siempre acaba ganando, mi mente dice una cosa, él otra, y sinceramente es más listo mi órgano.
No me he llegado a sentir nunca antes de esta forma, tan dolorida, como si me hubiesen pegado una brutal paliza, la diferencia es que la paliza me la acaban de dar en el corazón, y creo que eso es aún más doloroso.
Mis mejillas arden, mi pecho también la sangre corretea por mis venas a 100 por hora, mi garganta se seca, a penas el aire puede circular correctamente, empiezo a asustarme, a pensar en lo peor.
Me dejo caer en el frío suelo, no aguanto más, esto es incontrolable; las lágrimas empiezan a brotar recorriendo cada parte de mi rostro.
Fuertes golpes provienen de la otra habitación mientras gemidos es lo único que se escucha en mi habitación aparte de mis fuertes sollozos.
Creo que no voy a poder más, soy fuerte, lo sé, yo misma superé muchas cosas, pero las cosas nunca se van, quedan acumuladas en algún lugar remoto del pecho o más bien corazón hasta que no puedes acumular más, entonces explotas como si fueras una bomba y te da igual todo.
Camino hasta el tocador, allí me desahogo, pego un puñetazo al espejo haciendo que este salte en mil pedazos, cuando he dejado mis fuerzas en él me agacho así agarrando uno de los cristales que están esparcidos por toda la habitación.
Sé que prometí no volver a hacerlo, maldita sea, sé que esto es de cobardes, pero simplemente esto me puede, me puede todo lo que he llegado a pasar al largo de estos espantosos años; Lo que sufrí en primaria, lo de mis padres y lo muy mala suerte que tengo con el amor, maldita sea, esto es una pesadilla de la que espero poder despertar cuanto antes.
Todo llega a su fin y mis fuerzas y paciencia ya han llegado.
Primer corte, segundo, tercero, la sangre empieza a brotar.
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