Narra Ashley.
Apenas puedo sentir mi cuerpo, no tengo fuerzas para incorporarme siquiera para abrir los ojos, aún así me esfuerzo para abrirlos. Me encuentro en una habitación completamente distinta a la mía, frunzo el ceño preocupada mientras analizo la habitación. Estoy en una cama de matrimonio, solo que no parece que haya dormido con nadie, ya que el lado izquierdo de la cama está hecho. Me incorporo, lentamente pongo mis pies en el suelo con cuidado, ya que a mi cuerpo le cuesta responder, froto mis ojos, al acabar me levanto, estoy vestida, pero sin zapatos, vuelvo a fruncir el ceño, esto es muy raro. Al girar veo a alguien apoyado en el marco de la puerta, es Justin, le miro confundida, este se acerca.
— ¿Qué hago en tu habitación? — Intento no imaginarme algo que ahora mismo pasa por mi cabeza una y otra vez.
— Pregúntaselo a tu amigo Kellan. — Ríe irónico, desvía su mirada hacia otra parte de la habitación.
Intento pensar lo que sucedió ayer, pero nada, solo logro recordar el irme con Kellan hacia el jardín y liarme con él, sonrío y me encojo de hombros haciéndole entender que no recuerdo una completa mierda. Él se vuelve a alejar sin decir nada, camina hacia la puerta con la intención de irse.
— Espera, no te vayas, ¿No vas a decirme que hice? — Dime que no me lo he follado, dímelo. — Suspiro poniendo una mano en mi cara.
— ¿Cómo diablos crees que voy a saber si te has follado al estúpido de Smith? — Espeta.
— Joder Justin, dime de una maldita vez que hice, porque no recuerdo una mierda la verdad. — Suspiro frustada.
— El gilipollas de tu amigo hizo que bebieras algo que creo que contenía droga, después fumaste Marihuana. — Sonríe amargamente, yo abro los ojos y miro el suelo. — Y ahora no vayas de victima porque yo te lo advertí, te dije que ese tipo solo quería follarte y meterte en líos.
— ¿Cómo crees que yo iba a saber que la bebida contenía droga? — Le grito caminando hacia él. — Maldita sea, tampoco soy la primera en “drogarse” — Hago comillas con mis dedos. — Además era una fiesta.
— Ah, ahora quieres drogarte. — Ríe irónicamente. — Si quieres acabar drogadicta sigue juntándote con Smith. — Advierte.
— ¿Desde cuándo sabes tú lo que quiero? Hace años que no nos vemos y ahora vienes como si supieras lo que quiero realmente. — Le grito, pierdo el control. — ¿Es más, desde cuando te importo? No te molestaste en llamar todos estos años, ahora no me digas que no sabes lo que es un teléfono. ¿Sabes lo mal que lo pasé? No, creo que no, es más, seguramente te dio igual, te importó una mierda que tu mejor amiga se fuese. — Mi respiración se acelera, contengo mis ganas de llorar. — Dejaste de ser mi mejor amigo para convertirte en el chulo de mierda que eres ahora. — Voy a salir de la habitación cuando estira fuerte de mi brazo atrayéndome a su cuerpo, su rostro está como congelado, seguramente no esperaba que pudiera decir todo eso.
— Veo que eres tú la que no sabe una mierda. No sabes cómo lo he pasado estos últimos cuatro años y aún así dices lo que te da la gana, maldita sea Ashley, ¿Por qué crees que me mudé a esta casa? ¿Por casualidad? No. Me mudé porque tenía la esperanza de que algún día volvieras y en el caso de que no lo hicieras no iba a dejar que nadie comprara esa maldita casa, porque para mí ahí vivió mi segunda familia. ¿Acaso sabes lo que te quería? Joder, eras como mi hermana y aún sigo sintiendo esa necesidad de protegerte, en cambio tu me lo pagas de esta manera, diciendo que no sé una puta mierda de ti cuando he pasado toda mi vida contigo menos cuatro años. ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? ¿Te das cuenta de lo que digo? Eres como mi hermana aun habiendo pasado cuatro malditos años, y no creas que no me arrepiento de no haberte llamado, ostia puta, pero ya no sabía si ni te acordarías de mí, tenía miedo. Y sé que te vi ayer después de cuatro años pero Ashley, aún te quiero, eres mi amiga, cuatro años no van a ser los suficientes para que te olvide. — Susurra, lo último apenas es audible, noto el dolor en sus ojos aún así, ignoro mis ganas de abrazarlo y me zafo de su agarre, camino rápidamente sin mirar atrás hacia la puerta, bajo las escaleras y salgo de casa, descalza, pero salgo de ese maldito sitio.
Justo cuando abro la puerta veo a la abuela sentada en el sofá, con el teléfono en la mano, entonces caigo en la cuenta de que ella no sabe donde he pasado la noche, camino hacia ella con lágrimas apunto de brotar. Ella viene corriendo hacia mí, me abraza y besa mi cabeza preocupada.
— ¿Qué ocurre cariño? ¿Dónde has estado? Iba a llamar a la policía me tenías muy preocupada. — Acaricia mi cabeza aún teniéndome en sus brazos.
— He estado bien, no te preocupes. — Seco algunas de mis lágrimas que han empezado a salir.
— ¿Si has estado bien por qué lloras? — Susurra separándome de ella para mirarme a los ojos.
— Nada, he discutido y bueno, estoy cabreada, se me pasará. — Miro el suelo alejándome de ella para subir las escaleras.
— ¿Justin verdad? — La miro al ver lo que ha dicho, rasco mi cabeza pensando que decir.
— Sí, es un idiota, ha cambiado, no es el mismo de antes. — Frunzo el ceño, Nanny va a decir algo cuando me adelanto subiendo las escaleras dejándole con la palabra en la boca.
Me dirijo al baño, necesito darme una ducha bien relajante, para olvidar los problemas, así hago. Al acabar de ducharme enrosco una toalla en mi cuerpo, salgo a por ropa nueva cojo lo primero que pillohttp://www.polyvore.com/

No hay comentarios:
Publicar un comentario