“No siento nada, y esto no ha significado nada, no quiero que te hagas ilusiones.” No he podido dormir en toda la noche, me siento como si me hubieran pegado una paliza, y todo por el maldito idiota de Bieber. Ese inmaduro vividor follador, que solo busca satisfacer sus necesidades de “hombre” si puedo llamarlo así claro, porque para mí es solo un crío.
¿En qué cabeza cabe lo que hizo ayer? Es decir, él mismo ha decidido fastidiar esto, nuestra amistad, aun que sea la poca que teníamos ahora, lo ha jodido todo por completo. Por su inmadurez, por ser un jodido mujeriego.
Me incorporo, froto mis ojos, estos están muy hinchados, no he dormido ni 3 horas, de seguro que tengo unas horribles enormes ojeras.
Camino hacia el espejo, me miro, no puedo evitar hacer una mueca, mi pelo está bastante enredado, el maquillaje que usé ayer está esparcido por mi cara. Sé que si alguien me viese ahora pensaría que me acaban de violar o algo así, porqué mi cara es horrible.
Miro el armario, escojo algo cómodo, no tengo pensado salir hoy, tampoco tengo ganas, no quiero encontrarme con el gilipollas de mi vecino.http://www.polyvore.com/
Al bajar veo a la abuela y a Pattie. ¿Qué hace ella aquí?
— Buenos días. —Intento parecer tranquila, aun que realmente ahora si tuviese delante a su hijo lo mataría con mucho gusto.
— ¿Qué te pasó ayer? —Una Pattie confundida intenta entender el porqué de mi “escapatoria”.
— Ah, nada. —No le voy a decir lo que le haría ahora mismo al cretino de Bieber porque es su hijo, de lo contrario le soltaría todas las torturas que sería capaz de hacerle.
— Ya bueno, es curioso porque Justin también dice que no pasó nada y saliste como una bala de casa, por no mencionar tu portazo. —Arquea una de sus cejas, intenta perforarme los ojos ¿O algo así? Sus ojos me dicen que le diga la verdad, agh, maldita sea.
— Justin es un crío Pattie, un completo inmaduro, y sé que sonará muy sádico, pero si lo tuviese delante ahora mismo le patearía los huevos de tal forma que se acordaría de mí toda su vida. —Digo sin más.
No sé qué coño acabo de decir, es que a veces soy tan idiota, ¿Cómo puedo decirle eso a su madre? Ella creerá que estoy loca o algo así y de seguro que ahora mismo está pensando en llevarme a comisaría o algún centro psiquiátrico. Porque una chica normal digo, una señorita, no piensa en hacer eso, ¿Y cómo se sentirá al oír todo eso? Debe de sentirse horrible.
Ella solo explota en una gran carcajada, pero de seguida pasa de estar riendo a ponerse seria, eso me asusta porque me hace pensar que su risa era irónica.
— Eso está muy bien, pero Ashley, él lo está pasando mal, ayer le dije algo que no esperaba, algo que lo llevaba persiguiendo durante toda su vida. — Pasa una mano por su cara. —Una pregunta que desde que sabía hablar me había hecho constantemente día tras día y a la que yo no podía responder.
¿Qué clase de cosa le habrá contado para que Justin estuviera de esa forma? Es decir lo del beso no tiene explicación simplemente lo hizo porque quiso, sin más, eso no puede justificarse. Pero cuando lo vi patear todo aquello que se cruzaba en su camino realmente me preocupó, llegué a sentir miedo. No lo quería mostrar ante él porque muchas veces no es bueno que otras personas sepan que eres una cobarde, una miedica, pero esa vez si tenía miedo. Cuando me empujó contra la pared, oh dios mío, pensaba que su puño iba a ir contra mi cara pero simplemente me jodió la espalda.
Trago saliva, la miro, preocupada. Estoy enfadada con él pero simplemente no puedo evitar preocuparme por otras personas, soy así de… ¿Buena? Recuerdo que mamá siempre me decía “Debes de preocuparte por ti, está bien preocuparse por los demás, pero antes estás tú.” Y en fin, creo que no podría ver sufrir a nadie jamás por muy malo que esa persona fuese… No sé… Soy así.
— Le dije que si quería me contara el porqué de su pataleta, simplemente me dijo que cuando se sintiese fuerte lo haría y… —Hago una pausa al recordar lo que pasó justamente después de eso.
— ¿Y…? —Pattie me mira curiosa, intenta hacer que acabe lo que he empezado.
— Nada, después fue cuando salí enfadada. —Suspiro.
— No me lo creo, tú no te enfadarías por algo así, Ashley, son muchos años desde que te conozco y sé de sobras que nunca te enfadarías tanto con él a no ser porque hiciera algo que te molestase, que te doliese.
¿Doliese? No… No me dolió el que me dijera que no había significado nada ese beso, que solo me besó por antojo, que solo era un simple beso, que no sentía nada. No me dolió eso, me dolió el pensar en que si hubiese estado enamorada de él perfectamente me hubiese roto el maldito corazón solo porque quería besarme, estaba de antojo el chico.
¿Y si eso le pasa a otra? ¿Cómo diablos deberá sentirse? Como una maldita mierda porque es obvio, él te dice en tus narices que no significas nada, que solo te besa porque su poya se lo pide.
Pero es que también estoy enfadada conmigo misma, porque en ver de reaccionar y no seguirle el beso lo hago, me dejo llevar para luego quedar yo mal, me odio.
— Si, puede que tengas razón, pero son chorradas.
Narra Justin.
Resulta que estoy confuso, no sé porqué la bese, yo la veo como una hermana, aun que sea una hermana… ¿Sexy? Pero aún así la quiero como una hermana, siento la necesidad de protegerla, como suele pasar con los hermanos, pero se ve asqueroso besar a tu hermana de la forma en que lo hice con ella.
Nunca le encontraré lógica… No entiendo una mierda, primero la beso, después le pido que se marche y ella como una niña pequeña se va sin decir nada.
No puede enfadarse, ella también podría haber rechazado mi beso y no lo hizo, tampoco mentí al decir que no sentía nada y que lo hice porque simplemente me apetecía, pero es tan repugnante lo que hice que dugh, supongo que solo necesitaba cariño después de mi enfado.
Aún así me fui en busca de más a casa de Jane, al parecer estaba sola, así que ahí me acabaron de dar muuuuuuuuucho cariño.
He estado pensando sobre el trabajo de mi padre, es un mafioso, lo cual quiere decir que soy el hijo del jefe de la mafia en… Italia, si eso. Y a mí siempre me llamó eso de las armas, la violencia… Supongo que lo llevo en los genes, quiera o no él es mi padre y tarde o temprano lo deberé de aceptar. Quién sabe, puede que me deje matar a tipos, eso sería divertido, creo, aun que odio pensar eso, porque no quiero parecer un asesino.
Voy al jardín, este queda bajo mi ventana, lo cual quiere decir que veo la habitación de Ashley al otro lado, pero ella no está.
Quedo mirando los columpios, esos los cuales el otro día después de años fueron usados, donde empujé fuerte a Ashley, donde caímos y donde quedé atontado por su belleza, por sus labios y sus ojos. Realmente me siento como un completo idiota cabrón al haberla besado, todo estaba bien antes de eso… Si yo no la hubiera besado ahora seríamos amigos, ella me había dado su apoyo, y yo voy y la cago.
Narra Ashley.
+
Cara es una chica genial, es de las que poco a poco se ha ido ganando mi confianza. Y eso es un poco difícil en mí, ya que desde que me traicionaron una vez cuando apenas era una cría no he vuelto a confiar en apenas nadie por no decir nadie.
Realmente recuerdo los 14 como una muy mala época, aún no había asumido el hecho de que mis padres estuvieran muertos y no hacía más que encerrarme en el baño y llorar, una tarde rompí un pequeño espejo que adornaba mi habitación y lo utilicé como arma, hice sangrar mis muñecas. Estuve ingresada unas 2 veces en rehabilitación por ello, tampoco quería comer, sentía la necesidad de desaparecer, morir e irme.
También me afectó mucho el irme de Canadá, de dejar a mi mejor amigo a toda mi vida aquí solo para olvidar e intentar rehacer mi vida. Sinceramente si no fuese por Nanny lo hubiese pasado realmente mal, supongo que mi adolescencia la hubiese pasado en un orfanato o algo así.
El caso es que después de salir de rehabilitación volví a las clases, allí hice amigas, una mejor amiga, Sindy, esta era preciosa, recuerdo odiarme a mi misma por no ser bonita, en esa época era horrible. Es decir todos a esa época somos horribles, pero ella era preciosa, su cabello era color rojizo, ojos verdes, algunas pecas apenas visibles en sus mejillas. Muchos niños iban por ella, cuando Andy se fijó en ella sentí unas terribles ganas de asesinarle, pero era normal, como ya he dicho era preciosa.
Cuando entablé una bonita amistad con ella y nos confesábamos todo, lo que es todo incluyendo mi paso por el centro, esta empezó a tratarme como una loca, dejó de ser mi amiga para irse con unas gemelas de cabeza hueca al parecer como ella. Pero eso no fue lo único estúpido que ella hizo, le contó a Andy lo mucho que estaba colada por él y obviamente se acabó enterando todo el instituto de lo enamorada que estaba y por lo que había pasado, así que sufrí bullying.
A los 16 cambié por completo, dejé de tener aparatos ya que mis dientes estaban perfectamente alineados, cambié mi estilo de vestir, me salieron pechos y culo, cosa que antes era toda una tabla de planchar, digamos que di el cambio un poco más tarde que todas las demás. Al volver a clases todos quedaron boquiabiertos, claro, ¿Cómo iba a ser esa Ashley Johnson? Pues creo que todos se sorprendieron demasiado y eso hizo que de alguna forma u otra estuviese más segura de quien y como era.
Al final el tal famoso Andy salió conmigo, fue mi primer amor, y realmente el ultimo, ya que duré con él hasta los 17 y actualmente tengo 18, lo cual creo que si fue un amor verdadero. Él era tierno, pero de seguro que no lo hubiese sido si hubiese sido fea.
Recuerdo querer dejar de ser virgen con él, pero no tuve esa oportunidad, digamos que lo intentemos, pero no me sentía preparada, y realmente me siento una autentica monja porque mis antiguas amigas ya habían tenido su primera vez y todas presumían de ello lo cual me hacía quedar fuera del grupo en ese tema.
Pero me consuela el no haber sido tan “monja” haber hecho jueguitos con Andy, digamos que hicimos cosas sin llegar a este entrar en mi.
Y no me arrepiento la verdad, son experiencias, y aventuras que vives cuando eres una adolescente, así que supongo que ese tipo de cosas entran en la vida de una chica de 17 años. Lo malo fue al dejarlo, él se fue a París a vivir lo cual lo dejemos por la distancia.
Cara tararea una canción al parecer We are Young de Fun, sonrío y me uno a ella. “Tonight, we are young…So let’s set the world on fire ,
we can burn brighter .. Than the sun” esta ríe al escucharme tan motivada cantar la canción que ella hace segundos estaba cantando.
— ¿Oye y que pasó ayer con Justin? Osea me has dicho que estabais enfadados o al menos tú pero no me has dicho el porqué.
Pienso en si decírselo o no, pero creo que con la única que puedo desahogarme es con Cara, así que espero que sea de no abrir la boca.
— Me besó. —Trago saliva, la miro, ella tiene los ojos muy abiertos, de pronto una sonrisa sale de su cara.
— Oh dios. —Susurra, yo arqueo una ceja.
— ¿Qué?
— Que os queréis. —Tapa su boca con una de sus manos.
Estallo en una gran carcajada, no dejo de reír, miro a Cara, ella está sería, me mira interrogante, pero yo no puedo evitar dejar de reír como una loca, respiro hondo e intento hablarle.
— Ay no Cara, ese tipo de comentarios me afectan, que maldito asco, Jane debe de sentirse fatal al ser su novia —Río.
— ¿Entonces por qué no te apartaste cuando él se lanzó? —Mueve sus cejas, yo golpeo su hombro.
— Porque no me dio tiempo, él se adelantó.
— Ya, será eso. De todas formas, ¿Quien te dijo que Jane fuese su novia? —Frunce el ceño.
— Eh… ¿Justin? Ayer cuando fui a casa de Justin por la mañana estaba ella y se la había acabado de follar, porque él iba despeinado solo con unos pantalones, ella con la camiseta de Justin y en fin, dugh.
— No puedo creer que Justin te dijera que ella es su novia. —Cruza sus brazos.
— Bueno, realmente no lo dijo, pero me dio a entender eso.
— Uh… Pero eso ya es distinto Ashley, ella solo es su puta, cuando quiere follar la llama y esta como una perra arrastrada va a él. Le huele el culo y él encantado, pero Bieber no tiene novia, odia las relaciones estables, es más juraría que nunca ha estado con nadie, no le va eso.
¿Justin nunca ha tenido novia? Eso cada vez me confirma más el hecho de pensar que él es un putón, que solo vive para follar u algo así.
— ¿Nunca?
— Jamás. —Asegura.
Entonces río, no sé donde ha quedado ese Justin dulce, cariñoso, divertido, risueño, ese Justin de 15 años al que tanto quería y al que defendía de todo el mundo como él a mí.
— Pero Ashley, Justin… Está mal, esta mañana hablé con él… Se siente culpable de lo de ayer, de besarte y de estropear lo que tenía ganado. —Susurra, su rostro es serio.
— ¿Sabes? Las cosas antes se piensan.
— Pero él no funciona así, él es un tipo despreocupado, no demuestra sus sentimientos y sobretodo le da igual lastimar a una chica, lo mejor de todo es que contigo no le da igual. —Rasca su nuca. — Verás Ashley, realmente pienso que entre vosotros dos hay posibilidades. —Me mira de reojo cabizbaja.
— Cara, precisamente Justin es un rompecorazones, no le da igual porque como tú misma has dicho él quería que todo volviese a ser como antes lo era, pero realmente no va a llegar la amistad por arte de magia, las cosas se trabajan. Nosotros no sentimos nada de nada.
— Puede que aún no, pero es obvio que no es una simple amistad, como os miráis, como habláis, eso no son simples miradas o palabras querida.
— Calla, me has hecho imaginarme besándole otra vez, maldito asco. —Un escalofrío recorre mi columna.
— No me vas a negar que no pensaste “Dios mío, qué bueno está” al ver a Justin por primera vez sin saber que era él. —Me da un codazo.
¿Por qué demonios la gente tiene la manía de dar codazos cuando intentan mandar indirectas? Ugh, me pone nerviosa ese gesto.
La verdad es que si pensé que era jodidamente sexy, pero joder, es que eso ya lo sé, pero no quita que sea un jodido cabrón. Tampoco que sienta algo por él, porque se reconocer cuando un chico es sexy y ya.
— ¿Qué más da? Pienso que muchos chicos son sexys y no me siento enamorada. —Ruedo los ojos.
— Al menos ya has reconocido algo, lo próximo es aceptar que te gusta aun que sea un pelín. — Ríe. — ¿Quizás te interese saber que él también pensó que eras sexy al verte? — Hago una mueca de asco. — Y lo sigue pensando, de hecho pensó ya en besarte cuando ambos caísteis, él encima de ti. —Mueve sus cejas.
Maldita sea que pare de hablar de él o me veré obligada a ponerme unos tapones en los oídos.
— Cara, no quiero hablar de él.
— Esta bien, ya paro, pero prométeme que intentarás hablar con él y saber el porqué de su enfado y el porqué del beso.
— Cara… No puedo prometerte eso.
— Ashley, será bueno para ambos, porque así le entenderás y él a ti, volveréis a ser amigos, no tenéis porque pelear siempre por chorradas que os pasan. —Suspiro.
— Está bien, pero si él se niega no volveré a intentarlo y todo quedará así a menos que él venga arrastrado y suplique porque lo escuche.
+
Narra Justin.
Cierro los ojos, me veo a mí y a Ashley, junto al fuego, aún recuerdo esa cena, la cena de navidad. Su inocente sonrisa ilumina su rostro al tener ese pequeño paquete dorado en sus manos. Ella lo deja a un lado para darme a mí una caja purpura de medida más grande que el dorado, yo con mucho gusto lo agarro aún sorprendido por la pequeña sorpresa que esta me acaba de dar.
Vuelve a coger su cajita dorada, estira del extremo del lazo deshaciéndose del envoltorio la miro, ella no deja de sonreír, espero a que ella abra su regalo para después yo seguidamente abrir el mío. Su cara es toda una sorpresa, rápidamente se tira a mí, para abrazarme, dentro de esa caja está el vestido turquesa que quería.
Sus padres sonríen ante la situación, ella solo espera ahora a que yo abra mi regalo así que procedo a hacer lo mismo que ella antes ha hecho con su caja.
Al abrirla me encuentro con una gameboy, la que tanto quería. Sin pensarlo una sola vez me abalanzo sobre ella haciéndole caer al suelo, no podría estar más feliz.
Abro los ojos, estoy en mi habitación, tumbado en la cama como de costumbre meditando, paso una de mis manos por mi cara. ¿Por qué diablos no podríamos estar como antes?
Cuando me voy a dar cuenta ella está parada en la puerta de mi habitación, mirándome, algo tímida, no dice nada, ¿Como ha entrado? Mamá debe de haber llegado ya.
— ¿Puedo? —Dice un tanto insegura.
— No hace falta que pidas permiso para eso ¿No crees? —Me incorporo sentándome en el filo de la cama, palmeo la colcha, esta entiende lo que quiero decir y se sienta a mi lado.
— Lo siento. —Decimos al unísono.
Ella se ve arrepentida ¿Pero de qué? Ella no tiene porqué arrepentirse de nada, es más ella no tiene la culpa de nada. Solo soy yo el culpable de todo esto.
Su rostro se ve realmente mal, sus ojeras la delatan, su corrector mal difuminado se la ha jugado.
— ¿Porqué deberías de sentirlo tú? No has hecho nada, así que no seas tonta. —Observo sus mejillas, ahora adaptan un color rosado, un rosa tirando a rojo.
— Por qué me comporté como una cría, por eso. —Suspira.
Oh no, ella no es la culpable, no quiero que se sienta mal por algo que como ya he dicho no tiene la culpa. Aun que un poco cría sí que fue, pero yo a parte de comportarme como un crío me comporté como un jodido cabrón idiota, que es lo que realmente soy.
— Puede. —Sonrío de lado. — Pero yo aparte de eso me comporté como un jodido idiota y creo que si hubiese sido tú me hubiese pateado los huevos. —Hago una mueca intentando ser divertido.
— Sí, no creas que no lo pensé. —Sonríe.
Su sonrisa es perfecta, creo que el hombre que la conquiste tendrá mucha suerte, pero cuando digo mucha es mucha. Porque Ashley es una chica que vale la pena, es preciosa tanto por dentro como por fuera, yo he podido tener la suerte de conocerla y personalmente es la chica más divertida aun que un poco difícil que he conocido antes. Y sé que cuando tenga novio o lo que sea, ese chico será el más afortunado por llevársela.
Río ante lo que ha dicho esta chica es una caja de sorpresas, bipolar pero genial.
— Ya, que lastima que no me sorprenda. —Río. — Bueno, ¿Para qué has venido? Es decir, ¿Por qué?
— Si te soy sincera Cara me hizo prometérselo y las promesas son promesas.
Un pinchazo justo en el pecho.
1. Ella no ha venido porqué su corazón se lo haya pedido eso quiere decir que más o menos ha sido como una obligación.
2. Si Cara no hubiese dicho nada, ella seguiría sin venir.
3. Seguramente no le importo y vino por compromiso.
— Pero… También quería aclarar las cosas, es decir necesito respuestas Justin. —Susurra.
Al parecer no había acabado de hablar, eso en cierta forma me tranquiliza, porque de lo contrario no sería tan profunda la charla, sería más como un coñazo por su parte porque lo que yo hablase sería como un sermón.
— Claro, está bien, podemos hablar todo lo que tú quieras. —Encojo mis hombros.
Ella suspira pesadamente, y cuando se ve con fuerzas me mira a los ojos, entonces es cuando me arrepiento aún más de haberla besado, de haberle hecho creer cosas que no eran, de haberme “aprovechado” en cierta forma de ella solo por mis antojos.
— Yo… No he dormido en toda la noche. —Dice sin más.
— ¿No has dormido? —Espeto.
¿Cómo que ella no ha dormido? ¿Le ha afectado tanto? Joder, maldita sea, como la cago, siempre ando cagándola, constantemente, joder, soy un maldito gilipollas, si eso soy. Porque estoy muy seguro de que yo no quiero verla mal por nadie, menos por mí culpa, ella es como mi jodida hermana maldita sea ¿Porque soy tan idiota?
— No. —Murmura.
— Eres tonta Ashley.
— Lo sé, soy tonta por joderme la cabeza pensando en porqué cojones me besaste. —Dice rápidamente, prácticamente de carrendilla.
— Tenía ganas. —Susurro.
— ¿Ganas? Pero Justin, ¿Qué hubiera pasado si yo estuviese ahora mismo enamorada de ti? Que me haría ilusiones, falsas ilusiones. —Resalta la palabra “falsas”
— Pero… No lo estás.
Por favor, di que no lo estás maldita sea dilo, porque de lo contrario me pego un tiro por hacerte semejante burrada, dime que no estás enamorada de un burro como yo, dímelo, por dios.
— No, no lo estoy, pero debes de pensar en los demás no solo en ti joder. ¿Qué pasa? Que si se te pasa por la cabeza que tienes ganas de follar ¿Me follas ahí mismo? No Justin, no. —Desvía su mirada hacia otra parte de la habitación.
— Eso es pasarse Ashley, pero si, tienes razón, ya sé que soy un completo gilipollas, pero… ¿Sabes de lo que más me arrepiento? No es el beso, es de haber echado a perder lo poco que había ganado. —Resoplo, ahora miro el suelo, pero aún así puedo notar como ella ahora me mira.
— Justin, sé que te jode eso, ¿Pero crees que a mí no? —Suspira, ahora la miro.
Observo un mechón caído en su cara, lo agarro suavemente mientras lo coloco tras su oreja, esta me mira atentamente, le devuelvo la mirada.
Estoy por confirmar que su mirada hipnotiza o algo así, cuando la miras sientes paz en tu interior, te relaja mirar sus ojos, su mirada es muy profunda.
— Anda, ven aquí tonta. —Le estiro de un brazo haciendo que venga hacia mí entonces cuando puedo la abrazo, la hundo en mis brazos, su cabello desprende una olor muy dulce, a fresas o algo así.
Ella hunde su cabeza en el hueco de mi cuello, noto su rápida respiración en él, chocar contra mi piel, sus labios apoyados en mí.
— Tengo que contarte algo, y espero que con eso sepas que confío plenamente en ti. —Susurro aún aspirando su dulce aroma.

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