Capitulo cuatro parte dos.

• Capitulo cuatro. – Drink, drugs, fun. 
Parte II.
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La casa empieza a llenarse cada vez más, es imposible encontrar a Ashley, aun que tampoco voy a seguirla, es mayorcita, si quiere que Kellan se la folle perfecto, es su vida, y no me voy a preocupar, será su error no el mío. Es una fiesta, así que voy hacia el barman y pido un cubata, mientras voy pegando tragos voy al jardín allí muchas chicas bailan entre ambas, y eso es divertido de ver. Observo a una de las morenas, está realmente buena, ella se da cuenta de que la estoy mirando y sonríe juguetona a lo que yo le devuelvo la sonrisa. Al cabo de unos minutos veo como una rubia, al parecer su amiga le susurra cosas al oído, la morena ríe y al final decide acercarse. Observo el vaivén de sus caderas, no puedo evitar morderme el labio inferior, esta sonríe queda quieta delante mío sin decir una palabra.

— Hey nena. — Sonrío divertido, esta vuelve a sonreír.
— ¿Esto, tienes mechero? — Típica pregunta para entrar en conversación con alguien desconocido así que ignoro su pregunta.
— ¿Quieres bailar? — Ella asiente, muerde su labio y eso me pone.

Baila bastante bien, no es de las mejores pero no lo hace realmente mal, es una guarra, lo sé porque básicamente no deja de restregar su culo contra mi polla, aún así, las guarras son las mejores para follar. La apego más contra mi esta no deja de moverse, yo solo no dejo de beber mientras disfruto del espectáculo que la morena está haciendo. Cuando me descuido deja de bailar, enrosca sus brazos en mi cuello, la miro interrogante, humedezco mis labios y la beso, ella estaba esperando eso, de lo contrario no hubiese venido hasta aquí, en realidad quiere que la folle como quieren todas, pero no sé si va a poder ser, tampoco es de las mejores tías que hay en la fiesta así que no está claro que me la vaya a follar. Juego con su lengua, ella mordisquea mi labio, yo hago exactamente lo mismo que ella hace pero más fuerte, más duro. Justamente pasan dos tíos hablando sobre algo que no logro entender pero logran captar mi atención ya que nombran a Ashley. 

— Oye, luego quizás te busque pero no te hagas ilusiones porque he dicho quizás. — Le advierto mientras me alejo dejándole con ganas de más.

Entro dentro de la casa buscando a Ashley incluso subo arriba para ver si el puto de Kellan se la ha llevado a la cama. Pero lo único que logro encontrar es a una tía borracha medio desnuda caminando por los pasillos de las habitaciones. Bajo abajo, “El único sitio que queda es el jardín” pienso, entonces voy a donde yo antes me encontraba, esto parece “Donde está Wally” tantas tías, tanta gente no veo una mierda. Hay un corro, así que me acerco, quizás esté mirando cómo se droga la gente o algo así. Empujo a la gente, estos me miran, cuando logro ver que mierdas están viendo veo a Ashley sentada riendo como una maldita loca, la miro y frunzo el ceño. Maldito Kellan le ha dejado fumar marihuana y beber, y apuesto lo que sea a que Ashley no está muy acostumbrada a hacer esas cosas. Cierro los puños, apretándolos bien fuerte, tanto que mis nudillos se vuelven blancos, tengo ganas de reventarle la maldita cara a Kellan, ya no sé ni si se la habrá follado o que cojones habrá hecho con Ashley en el estado en el que está.

— ¡Kellan hijo de puta! — Lo cojo de la camiseta estampándolo contra la pared. — ¿En qué cojones estabas pensando? — Grito, la rabia corroe por mis venas.
— ¿Qué coño haces Bieber? ¿Ahora ella es tu bebé o algo así? — Ríe, va fumado.
— Mira cabrón, no sé ni que mierdas habrás hecho con ella, pero te aseguro que como te hayas aprovechado verás tu cara contra la pared como me entere, ¿Entendido? — Le grito soltándolo, miro a Ashley preocupado, la cojo en brazos, ella no deja de reír, entre la maria y el alcohol va ciega perdida.

Ella me importa, ella ha sido como una hermana para mí, y no voy a dejar que un cabrón la transforme en algo que ella no quiere ser. Siento la necesidad de protegerla, no la quiero ver mal, de ninguna forma, sé que va a volver a ser mi mejor amiga, volverá a confiar en mí, y entonces el cabrón que quiera tenerla tendrá que demostrarle lo que la quiere no voy a dejar que le hagan daño, yo mismo hago daño a las chicas y no voy a dejar que otro cabrón como yo le haga daño.

La llevo a su casa, todo el camino en coche va riendo, hasta que queda completamente dormida. Al llegar, salgo del coche cogiéndola en brazos. No puedo llevarla así a su casa, su abuela me mataría y después a ella, así que entro en mi casa con ella aún en brazos, subo a mi dormitorio y la dejo en mi cama. Mañana se qué querrá matarme, aún así dormiré en el sofá.