miércoles, 31 de julio de 2013

Capitulo dieciocho.






•Capitulo dieciocho – Bella ragazza.

Por la mañana nos mostraron la casa, sobretodo nuestras respectivas habitaciones. La mía quedaba al lado de la de Justin, estas estabas decoradas con muebles de madera blanca, las camas todas eran de matrimonio y realmente parecían de princesa.

La casa era cuidada por algunos mayordomos, jardineros y demás trabajadores. Al parecer supe que Jeremy la mayoría del tiempo lo pasaba fuera de casa al igual que Kim, ella siempre estaba en la oficina u viajando para eventos importantes, pero este verano como es obvio está de vacaciones así que por ello trabaja poco. En cambio Erin, pasa bastante tiempo en la casa, pero no mucho, ya que ella tiene masaje continuamente cada día y asiste a un centro de tratamiento, después marcha con sus amigas a no sé dónde.

Son concretamente las tres de la tarde de un viernes y aún no sé nada de Justin, siquiera hemos comido aún y la verdad tengo bastante hambre. Sólo recuerdo el que él marchara con su padre a hablar.

{Justin.}

El despacho de Jeremy es muy grande, apuesto a que aquí hace una de esas reuniones en las que las mafias asisten y charlan sobre negocios.

Dejo resbalar mi espalda por el butacón color café en el que estoy sentado. Él mira su móvil para después dejarlo sobre el escritorio y mirarme a la vez que cruza sus brazos.
— ¿Qué te ha parecido la casa? —Intenta iniciar una conversación.
— Bonita. —Digo sin más intentando escapar de lo que él pretende. Aún que sea mi padre por genética no significa que lo sea porque yo lo ame como tal.
— Me alegro, pasarás un muy largo tiempo aquí hasta que todo se calme al menos. —Sonrío entre dientes, quiero que diga lo que quiero escuchar.
— Dime, como es eso de matar a hombres. —Digo sin más.

Él me mira sorprendido, quizás no esperaba que mis primeras palabras fueran esas, o quizás no sé, esperaba que fuera un chico más calmado sin ánimos de dañar a nadie.

Después de supongo que asimilar lo que acabo de decir sonríe entre dientes negando con la cabeza. Yo sonrío de lado, una sonrisa un tanto delatadora; me gustaría probar lo que él hace.

— Bueno, depende de la persona, a mi me gusta, pero no sé a ti. —Arquea una de sus cejas mientras abre uno de los cajones del escritorio de oscura madera sacando una pistola.

La miro fijamente, como si esta pidiera a gritos que la agarre, que sea mía. Y así hago, la cojo delicadamente mientras la acaricio con las yemas de mis dedos mientras sonrío.

— Me gustaría saber cómo se siente al apretar el gatillo.
— ¿Te gustaría probarlo? —Dice algo dudoso.
— Sí.
— Pronto lo harás, solo necesitas algo de práctica antes de enfrentarte a alguien. —Hace una pausa. — ¿Sabes? Siempre quise conocerte, me alegra de tenerte aquí, un varón. Siempre me gustó la idea de pensar que mi hijo sería tan fuerte como yo.
— Pues no me gusta parecer alguien agradable, pero deseo concedido. Adoro el peligro, no lo sabe nadie de mi familia, excepto tú claro. Siempre tuve esa curiosidad por las armas, la muerte y bueno, las drogas. —Acaricio el arma.
— Sólo dime, ¿te drogaste alguna vez Justin?
— Sí, a los 17, pero con suerte pude dejarlo, no quería ser un drogadicto ni nada por el estilo, solo experimentar. El tabaco me ayudó a salir de esa mierda.
— Buen chico, no me gustaría tener un hijo drogadicto.

Sonrío orgulloso de que Jeremy, mi padre diga algo así, él está orgulloso de mí, y quizás no lo haga notar, pero me gusta saber que a la gente le gusta como soy, hasta en mi más mala faceta.

— ¿Sabes italiano cierto?
— Sí, se hablarlo tan bien como el inglés.
— Me alegra oír eso, y me gustaría que empezaras a hablarlo con gente de la casa, por ejemplo, los mayordomos solo hablan italiano. Con la familia a veces hablo italiano, ya sabes, Kim es 100% italiana, eso quiere decir que para ella su segundo idioma es el inglés pero el italiano es materno.

¿Kim? Pienso hasta lograr acordarme, Kim es la muñeca Barbie que me saludó antes. Está buena, pero me parecería asqueroso follármela siendo hija de mi padre. Seré un mujeriego, pero sobretodo sé lo que está o no bien, y eso entra en la lista de cosas malas, más bien asquerosas y patéticas.
— Ah ya, oye. —Miro el arma para después dejarla en el escritorio, pero él no deja que lo haga, me la vuelve a entregar.
— No, es tuya. —Sonríe, yo también lo hago, eso me entusiasma yo ya llevaba un arma encima pero era mucho menos que esto y nunca la he utilizado.
— Gracias.
— ¿Qué querías decirme hijo?
— ¿Cuándo irá Ashley a la agencia con tu hija? —Digo algo serio mientras me dirijo hacia la puerta.
— No lo sé, eso lo tendrá que hablar ella con Kim. —Hace una pausa. — ¿Pensáis comer aquí o saldréis por Florencia?
— Pues no lo había pensado, quizás la lleve a comer a algún restaurante de por aquí cerca, y puede que mañana vayamos a dar una vuelta por Florencia. —Sonrío al saber que eso le hará mucha ilusión.
— Venecia. —Murmura mirando su móvil.
— ¿Venecia?
— Sí, es muy bonito, Florencia también lo es, pero Venecia es muy romántico. —Deja de mirar su móvil para dedicarme una miradita que no me gusta nada.
— Que más da, Florencia está bien. —Intento esquivar el tema.
— Pues hacéis una bonita pareja. —Sonríe sin mirarme, yo lo fulmino con la mirada, después salgo de la habitación.

Miro la pistola, el seguro está puesto, la guardo entre los pantalones y mi camiseta, se marca algo, pero no importa hace algo de viento fuera, con la chaqueta no creo que se note mucho.

+

Su cabello se despeina con el viento, ella ríe molesta algunos mechones le dificultan la visión y no deja de apartarlos de su rostro recogiéndolos tras su pequeña oreja.

A pesar de que llevo gafas oscuras miro su mano disimuladamente, esta está agarrando mi brazo. La maldita chaqueta hace que su suave piel no tenga contacto con la mía y eso me fastidia, porque que ella te toque es como algo divino, se siente genial.

Acaricio su mano, ella me mira sorprendida, sonríe tímida a la vez que desvía su mirada de nuestras manos que ahora están unidas y se ven condenadamente bien así.

Ella es tan dulce, no sé cómo está sola sin nadie con quien pueda serlo aún más, sin pareja. En realidad me gusta que sea así, no me gustaría la idea de soportar a un tío poniendo sus manos sobre ella, me pone nervioso y me asquea el pensar eso, porque no quiero que nadie le haga daño, solo por eso no me gusta esa idea de verla con pareja.

Al llegar al restaurante al parecer “Gusto squisito” retiro una de las sillas para que ella se siente. Y vuelve a hacerlo, me mira sorprendida como si no creyera que puedo ser caballeroso con una chica. Yo río ante el gesto que hace ella, entre mueca y risa.

Después me siento yo frente a ella.

{Ashley}

¿Por qué es así conmigo? Se me hace raro verlo tan… Amable, caballeroso y tierno conmigo cuando hace nada solo discutíamos o intentábamos dejarnos el uno al otro mal.

Río al intentar leer las cartas, no hay nada que logre entender, solo palabrejas como “spaghetti” ya ves tú que descubrimiento más grande.

Él nota mi confusión y agarra mi carta, lee algunas cosas y sonríe al ver mi rostro, totalmente avergonzada, porque parezco tonta.

— ¿Qué quieres tomar? —Sonríe tierno mientras arquea una de sus cejas.
— Hm… Esas pastas que van rellenas. —Dije intentando explicarle, ya que no me salía el nombre.
— Ah, ya sé, yo también comeré eso. —Hace una pausa. — ¿Para beber que quieres? Yo pediré una copa de vino, aquí debe de estar delicioso—Muerde su labio, eso hace que un ligero escalofrío recorra toda mi espalda.
— Zumo de naranja. —Frunzo el ceño.
— ¿Zumo? —Ríe a carcajadas mientras yo lo miro seria. — Está bien, pues zumo para la señorita. —Rueda los ojos y llama al camarero, este viene rápidamente muy sonriente, es un hombre de unos 30 años.
— Benvenuto, ¿si vuole prendere? —Dice el hombre de ojos verdes.

Miro interrogante a Justin, esto es de tontos, no entiendo absolutamente nada, he de ir a una escuela a aprender el italiano en menos que canta un gallo.
— Tortellini —Sonríe mirándome tierno.
— ¿E di bere? —Pregunta de nuevo el moreno.
— Hm… Vino e succo d'arancia.
— D’acorddo. —Me dedica una bonita sonrisa y se va.

Justin solo había pedido lo que queríamos en italiano y ya era condenadamente sexy, realmente era todo un dios sin hablar italiano, ya entonces hablándolo no sé que es, solo sé que le queda jodidamente bien y que por poco muero.

A los pocos minutos el camarero regresa con los platos y las bebidas, miro divertida a Justin al ver el zumo. Él contiene su risa, intenta ser serio, el camarero nota el intento de aguante de risa que acaba en una gran carcajada.

— È una ragazza molto bella. —Sonríe. — ¿ Stanno insieme?

No sé que está diciendo el moreno de ojos verdes, pero noto como Justin se pone serio y mira a la nada, como si estuviera nervioso, y me pregunto por qué.

— Sì, è bella, ma siamo amici. —Sonríe nervioso mientras sus mejillas se tintan de un rosa rojizo.

El camarero sonríe, deja los platos encima de la mesa y se va mientras dice algo como buen provecho, cosa que es lo único que logro entender de todo lo que ha dicho.

Miro a Justin, él aún se ve nervioso, y no me mira. Yo solo tengo curiosidad por saber qué es lo que ha dicho para que él se ponga tan nervioso.

— ¿Qué dijo ese hombre que te tiene tan nervioso?
— Nada, dijo que habíamos elegido bien en el menú. —Carraspea a la vez que mira su plato. — ¿Comemos ya? No podemos dejar que esto se enfríe. —Yo asiento.

Yo había muerto y había resucitado unas dos veces desde que él había abierto la boca para hablar en italiano. Se ve jodidamente sexy y me molesta admitirlo, pero no puedo mentir con eso.

{Justin}

¿Por qué el camarero habrá dicho eso? No creo que llevemos ningún papel pegado en la frente en el cual ponga “somos pareja”. No entiendo porque todos dicen que hacemos buena pareja o preguntan si somos algo. No somos nada ni lo seremos, solo somos buenos amigos, amigos de la infancia. Ella es bonita sí, y yo lo acababa de admitir en la pequeña charla con el camarero, pero simplemente es cierto, cualquier hombre la ve bonita.

Ella mientras come no deja de preguntar sobre que ha dicho realmente ese hombre. Si cree que se lo voy a decir lo lleva muy claro. Realmente no es nada malo lo que el moreno ha dicho, pero simplemente se que si se lo digo ella quedará molesta o simplemente estampará su puño contra mi mejilla sin yo tener la culpa, solo lo sé.

Ella disfruta de la comida como niña pequeña, al igual que yo. Noto como saborea ese zumo que ella misma ha pedido, cosa que me causa risa, porque que una chica de 18 vaya a un restaurante más en Italia y pida un zumo de naranja es algo raro y gracioso a la vez.

Pruebo el vino, realmente sabe muy bien, exquisito. Le doy a probar un poco a Ashley de mi vaso, ella hace una mueca y humedece sus labios llevándose con ellos un último sabor u gota que la bebida había dejado en ellos.

— Más, dame más anda. —Sonríe mientras hace pucheros, yo río y le doy más.
— Te lo vas a acabar todo tú, te dije que pidieras vino, no me hiciste caso. —Frunzo el ceño. — A quien se le ocurre comer tortellini con zumo de naranja.

Ella ríe, su sonrisa es bonita, perfecta diría.

— Ya bueno tienes razón, supongo que aprendí algo hoy. —Ríe.
— Para la próxima vez ya sabes.
— ¿Habrá una próxima vez? —Dice emocionada.
— Sólo si tú quieres.
— Claro, es más me gustaría visitar mas ciudades.
— Mañana recorreremos toda Florencia.
— Eso suena bien. —Sonríe mientras fija su mirada en mis ojos poniéndome nervioso, increíble pero cierto, ella me pone nervioso.
— Jeremy dijo que Venecia era una ciudad muy bonita. —Digo como tonto, ahora ella querrá ir.
— Podríamos ir algún día, sería bonito. —Frunce el ceño al ver mi cara ante la última palabra. — Digo, esa ciudad debe de ser preciosa. —Asegura intentando arreglar lo que ha dicho pero no funciona.
— Ya, bueno, algún día iremos. —Ella sonríe victoriosa.
— Siempre quise subir en una de esas…
— Góndolas. —Me adelanto.
— ¿Tú también quieres? —Abre los ojos.
— Bueno, debe de estar bien. —Encojo mis hombros.

Al acabar de comer aviso al camarero, pago y después marchamos de nuevo a casa. El ir a un restaurante junto a ella había estado muy bien, en realidad su compañía era lo que había hecho que eso estuviera bien.


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Super corto, pero como siempre pedís que suba aun que sea corto para leer algo aquí está jejeje

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