•Capitulo once. – Impossible.
Resulta que tras ese
pequeño incidente no le he vuelto a mirar. Me veo totalmente incapaz de
hacerlo, me repugna el hecho de haber pensado que él es sexy.
Él era como mi hermano, yo
soy como su hermana, supuestamente no tengo que pensar nada “sexual” al verlo,
pero lo hago, así, sin más y eso me repugna.
La cena está yendo bien si
no fuera por Pattie, que dirige miradas y eso me da a entender que está
confusa. O bien porque ve que hemos pasado de un punto a otro, porque ha visto ese
momento u porque cree que ha pasado algo entre nosotros.
La abuela en cambio no
deja de saborear su comida, cosa que me causa risa, realmente es muy cómico
verla hacer muecas por el sabor de los spaghetti a la carbonara que ha
preparado Pattie.
— ¿No vas a probar
la tarta? La hemos preparado porque sabemos cuánto te encanta. —Arquea
una de sus finas cejas, parece estar confundida, doy por hecho que entiende lo incómodos
que llegan a ser los silencios y simplemente lo ha dicho para romperlo.
— Eh, no me apetece
ahora mismo, no tengo mucha hambre. — Niego frunciendo el ceño, miro a
Pattie y a Nanny dándoles a entender.
Pattie mira a Justin
curiosa, este solo sopla pesadamente mientras deja resbalar su espalda por el
respaldo de la silla como si de un crío se tratase.
Lo miro de reojo, ahora
mismo su cara es de pocos amigos, quizás él está como yo, confuso y asqueado
por la situación de antes. Lo puedo entender, pero yo simplemente no me
comporto como una niña pequeña de unos 5 años gritándole al mundo lo mucho que
estoy enfadada conmigo misma.
Quedo pensativa unos
minutos, ahora mismo estoy en esa nube en la cual subo constantemente para
hundirme en mis más profundos pensamientos, aquí nadie puede fastidiarme,
simplemente estoy sola.
Esa maldita pregunta no
para de rondar por mi cabeza. ¿Qué hubiese pasado si por alguna razón u otra él
me hubiera besado? No quiero imaginarlo, me da asco, mucho. Pero mi mente se
encabezona en querer saber el qué hubiese hecho, como hubiese reaccionado, las
consecuencias.
“Ashley” dice una dulce
voz.
Esta proviene de fuera, es
externa.
Cuando logro abandonar esa
nube de pensamientos vuelvo a la dura y cruda realidad, ahí estoy yo, sentada,
como antes, pero Justin ya no está sentado a mi lado. La abuela me mira
esperando al parecer una respuesta. ¿Qué respuesta?
— ¿Me estás
escuchando? —Alza sus brazos y las deja caer, como cansada de hablar
sola, con las paredes.
— Lo siento, hace
unos segundos solo estaba presente mi cuerpo. —Hago una mueca, esto hace
que ella ría.
— ¿Qué ha pasado
con Justin? —Se apoya en la pared, cruza sus brazos.
— Nada.
No tiene porqué saber lo
que pienso sobre ese chico, en realidad no tiene porqué saber nada de lo que
pasa por mi cabeza, pero de alguna forma u otra acaba sabiendo lo que pienso y
eso realmente me fastidia.
Ella rueda los ojos y
susurra algo que no logro escuchar, pero por sus labios diría que acaba de
decir “Ya”. Me encojo de hombros, ella se acerca a mí con una sonrisa tierna,
esa que tanto apoyo me da.
— ¿Sabes que puedes
contarme cualquier cosa verdad?
— Sí, pero el
problema no está en poder, no quiero, prefiero que nadie lo sepa. —Suspiro,
me levanto de la silla, la coloco y camino hacia la cocina con los platos, ya
que Justin no ha llevado ni su maldito plato, lo que decía, un completo bebé.
— ¿Estáis enfadados? —No llega a
susurrarlo, pero si lo dice muy bajito, porque sabe que odio que la gente se
entere de lo que estamos hablando sin que yo quiera eso.
— No, simplemente
estoy enfadada conmigo misma al igual que él consigo mismo, es normal, son
cosas que pasan, ya sabes. —Encojo mis hombros.
— ¿No vais a
hablarlo? Antes nunca discutíais, erais inseparables, almas gemelas. —Sonríe.
“Antes” que pesados todos
con esa maldita palabra. Ya lo dice ella misma, antes, no ahora. No sé porqué
todos están empeñados en que todo vuelva a ser como antes. Nada va a volver a
ser como antes, n-a-d-a.
No contesto, ella sabe que
ese silencio significa que no lo voy a hacer, más que nada no pienso olerle el
culo, eso no es algo que se me dé realmente bien. Creo que con el tiempo he acabado
aprendiendo a no hacerlo y doy gracias a ello.
Narra Justin.
Esta chica es bipolar,
pasa de ser la Ashley tierna de hace unos años atrás a ser la de ahora,
cabezona, orgullosa e insegura. Estoy seguro de que ella ahora se siente
asqueada por la situación de hace unas horas, es decir, yo también lo estoy, me
asquea pensar que ella es condenadamente sexy, ¿Pero si lo es? No puedo luchar
contra ello, tampoco puedo evitar pensar de tal forma, soy un tío y aun que no
quiera reconocerlo se que si ella no fuese Ashley “la antigua mejor amiga” me
la follaría, así, sin más, como otra cualquiera. Pero no puedo ni quiero hacer
eso aun que mi amigo diga que lo haga, que lo disfrutaré y que no me
arrepentiré no puedo, simplemente porque yo la veo como una hermana… ¿Sexy?
Agh, maldito pensamiento, cuanto lo odio.
Alguien abre la puerta
interrumpiendo mi pensamiento, cosa que aprecio, ya que odio torturarme a base
de vocecillas que invaden mi cabeza. No soy ese tipo de chico el cual se come
la cabeza por gilipolleces como esta, pero en cambio esta vez lo estoy
haciendo, me estoy jodiendo la cabeza.
Mamá se sienta en el filo
de la cama, yo le hago un hueco más grande, me incorporo. Sus ojos están algo distraídos,
evita mirarme a la cara, eso me asusta, odio cuando hace eso, porque significa
algo, algo no muy bueno.
— Cariño, Justin,
no tendrías que enterarte hoy de esto, pero tu padre me ha llamado, quiere
verte. —No me mira, sabe que si
lo hace llorará, por el dolor de recordar que ha estado cuidándome sola todos
estos años o porque no podrá evitar verme mal.
Mi padre, aquel que no
conozco, aquel que dejó que mamá cargara 19 años sola con un crío cuando solo
tenía la edad de Ashley. Era solo una niña, dejó de ser una adolescente para
ser una mujer por mí, para darme una buena vida, para intentarlo al menos. ¿Cómo
coño se siente un niño al crecer sin un padre? ¿Cuántas veces lo esperaba en el
porche? He llorado muchas noches cuando tan solo era un niño porque mi padre un
día viniera y me abrazase, porque me viese jugar a hockey, o simplemente porque
me quisiera. ¿Cómo se siente al saber que tu propio padre te ha abandonado porque
no te quiere? Ahora mismo no tengo padre, para mí no existe ningún hombre
llamado papá, porque no lo he visto en mi vida, no sé cómo es, no existe. Y
ahora de repente aparece llamando a mamá diciéndole que me quiere ver, que me
quiere conocer. ¿Cómo se supone que debo de interpretar eso? Lo odio, y nunca
lo voy a llegar a querer, merezco una puta explicación porque todos estos años
han sido una completa mierda.
Suspiro, trago saliva, no
quiero que ella me vea hundido por mucho que realmente lo esté. Aprieto mis
puños, los nudillos a causa de la presión que reciben se vuelven completamente
blancos, estoy intentando no golpear nada, cosa muy difícil para mí.
— Que coño quiere.
— Justin… Creo que
ya eres mayor para saber esto, y sé que va a ser duro, pero ahora debes saberlo
todo, 0 secretos. — Acaricia mi pierna intentando tranquilizarme, pero
esta no para de moverse, más bien tiembla. —Jeremy, tu padre, está en la
mafia, la mafia italiana. —Abro los ojos, esto es increíble, lo que
faltaba. —Vive allí, en Italia, él al parecer se alojará en la mansión
de los… —Queda pensativa. — Thompson, al parecer son otra mafia
de aquí, Canadá.
¿Thompson? Qué diablos,
esto es como una maldita pesadilla, realmente es patético todo esto, ahora el
cerdo de Edward es amigo de mi… Padre. Realmente me cuesta decir la palabra
padre, y más si me acabo de enterar de que se trata de un mafioso. Espero que
no sea ningún drogadicto o simplemente un puto peligro, porque si es así estaba
mejor sin él.
Miro a mamá expectante,
necesito saber más, necesito mucha más información.
— Me tiene que
avisar el día en que vendrá para bueno, ya sabes. —Hace una pausa y
suspira al ver mi cara. —Justin, cariño, vas a conocer a tu padre, se
que lo has deseado de siempre.
— ¡Maldita sea! Si,
lo he deseado, pero joder, aparece cuando le da la gana, más cuando ya soy
adulto. Esto es una jodida mierda, no soy un puto trasto, él no puede decir al
cabo de 19 años “Voy a conocer a mi hijo” —Alzo la voz sin querer, mi
intención no es gritar a mamá, pero en estos momentos demasiado me estoy
conteniendo, porque destrozaría la casa.
— Justin… Te dije
que iba a ser muy duro, pero sé que tú eres fuerte… Tu padre te quería, es un
buen hombre, se alejó de ti para protegerte, no quería que tú llevaras su vida,
quería que tuvieses una infancia normal, como la de un niño normal. —Intenta
aclarar el porqué decidió desaparecer, pero a mí eso no me basta.
— Déjame, necesito
estar solo, ni tu ni nadie puede hacer que cambie mi forma de pensar, y no lo
veo como mi padre, puede que algún día lo llame papá pero solo será un maldito
nombre, no será porque lo sienta. —Grito, paso mis manos por mi rostro,
cierro los ojos.
Narra Ashley.
Escucho a Justin gritar,
no se entiende mucho lo que dice, pero parece muy cabreado. No quiero subir ahí
arriba, pero algo en mi dice que lo haga, entonces lo que nunca suelo hacer lo
hago. Hago lo que mi corazón o algo quiere que haga por muy mal que me parezca.
La puerta está
entreabierta, veo a Pattie salir con tristeza pero rápidamente de la
habitación, me mira, no dice nada.
De inmediato escucho mucho
ruido, cosas romperse, golpes, decido entrar, ahí es cuando me llevo la
sorpresa. Justin golpeando con rabia todo aquello que le molesta. Tira las lámparas
al suelo, haciendo que estas se rompan en mil pedazos al ser cristal. Golpea
con fuerza su cama, las paredes, el escritorio, grita sin cesar.
Lo más lógico sería no
acercarse, ahora mismo está ciego, la ira lo ciega. Pero como soy tan
gilipollas y siempre hago lo contrario a lo correcto me acerco. Él me aparta
bruscamente.
— ¿Qué cojones
estás haciendo? ¡Deja de golpearlo todo por el amor de dios Justin!
— Ashley, vete. —Se
acerca peligrosamente a mi intenta hacer que salga de su habitación empujándome,
pero yo hago más fuerza de la que él está haciendo sobre mí.
De golpe deja de
empujarme, endurece su mandíbula, puedo ver sus puños completamente rojos, ha
golpeado la pared, eso debe de doler mucho.
En uno de mis despistes él
me estampa contra la pared, esta estrella contra mi espalda, maldito golpe,
maldito sea él, intento ayudarle y aún así la paga conmigo haciéndome daño.
Se acerca mucho a mí,
queda a centímetros de mi, siento su respiración agitada que choca contra mis
labios, sus brazos quedan apoyados en la pared, estoy atrapada.
— No quiero hacerte
daño Ashley, no sabes lo que soy capaz de hacer cuando estoy así, lárgate, por
favor. —Susurra, a penas es audible, noto en su voz miedo, rabia. Paso
una de mis manos por su brazo todavía apoyado en la pared lo acaricio intentado
tranquilizarle, hacerle saber que no tengo miedo, este sube su mirada hasta
encontrarse con la mía.
— No me vas a hacer
daño, te conozco Justin, sé que no eres así. — Susurro, intento
calmarle, odio verlo tan… Herido, necesito saber por qué está así.
Entonces él se aparta, va
hacia su cama y se sienta, apoya sus brazos en sus rodillas, hunde su cara en
ellos, solloza. ¿Espera, Justin llorando?
No puedo verle tan
hundido, sé que no se trata de ninguna estupidez, él nunca se podría así por
una gilipollez. Sé que es fuerte, y verlo así de hundido realmente me preocupa
bastante, porqué se que le ha sucedido algo muy malo, algo que él teme, algo
que lo tiene preocupado, completamente ido.
Camino hacia él, me siento
a su lado, de alguna forma, como puedo, lo abrazo, siento su suspiro, por fin
quita las manos de su cara, me mira, él está mal, nunca antes lo había visto
así, automáticamente mis brazos van a él. Él con mucho gusto lo acepta, con
ansias, hunde su cabeza en mi hombro, llora.
— Justin... ¿Qué ocurre?
Me estoy empezando a asustar. —
Susurro contra su hombro.
— No te preocupes, no
importa.
— Sabes que puedes
confiar en mi ¿Verdad? — Suspiro.
— Lo sé
perfectamente, pero ahora no me veo con fuerzas Ashley. — Se separa, me
mira a los ojos, ahora su voz es débil.
— Entonces no
importa, no te quiero obligar, solo hazlo cuando te sientas cómodo.
No sé qué pasa por la
cabeza de Justin ahora mismo, ni tan solo sé que estoy pensado yo ahora.
Justin se acerca
lentamente, acaricia mi mejilla cuidadosamente, mira mis labios, y en pocos
segundos él está besándome, delicadamente, dulce. Un beso diferente a todos los
que antes he dado. Acaricio el cuello de Justin con las yemas de mis dedos
mientras este besa mis labios, no es un beso de deseo, es más bien de
necesidad.
Nos separamos por falta de
aire, no puedo mirarle, es increíble, es decir, esto no lo hubiese imaginado
nunca, jamás de los jamases. Yo y mi “antiguo” mejor amigo besándonos, por
necesidad, porque ansiábamos esto.
Noto como él niega con su
cabeza, sopla pesadamente y se pone de pie.
— Ashley… —Traga
saliva —Vete.
— ¿A si… Sin más? —Susurro.
— Solo ha sido un
desliz, espero que no lo hayas tomado muy enserio, es decir, necesitaba hacerlo
y ya está, solo quiero aclararte esto y voy a ser claro. — Hace una
pausa, no me mira. — No siento nada, y esto no ha significado nada, no
quiero que te hagas ilusiones.
Entonces la que se hunde
ahora soy yo, lo ha hecho porque al señor le ha salido de los putos huevos
besarme, pero eh, sin pensar en mis sentimientos, siendo un maldito egoísta
cuando yo me he estado preocupando por él mientras lo veía llorar, cuando le he
dado confianza. Pero va y me besa solo por gusto, sin sentir nada, como si
besase a una puta, como si le importase una mierda mis sentimientos.
No siento nada por él, lo
quiero, pero como amigo, aún así me había hecho ilusiones de pensar… Que…
Quizás… Qué más da todo ha sido por calmar su desespero.
No digo nada, ni lo miro,
salgo de su habitación rápidamente pegando un portazo, ahora la que está
cabreada soy yo, y que no se le pase por la cabeza decir nada estúpido porque
estoy dispuesta a patearle los huevos si es necesario.
Me cabrea el hecho de que
no haya pensado en mí, es que, no siento nada, pero ¿Y si sintiera? Me hubiera
roto el puto corazón solo porqué a él le apetecía besarme.

No hay comentarios:
Publicar un comentario